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En eFISIO sabemos que mantener la autonomía en las tareas cotidianas es fundamental para la calidad de vida. Ponerse los calcetines o las medias puede parecer una acción simple, pero para personas con dolor lumbar, rigidez en la cadera (por ejemplo, por artrosis o tras una prótesis), obesidad o durante el embarazo, puede suponer un gran esfuerzo y dolor. Las ayudas para ponerse medias son dispositivos ergonómicos diseñados para solucionar este problema, permitiendo realizar la tarea sin necesidad de agacharse.
Elegir el tipo adecuado es clave para asegurar su eficacia. A continuación, te explicamos los principales tipos que existen.
Este es el tipo más común y conocido. Consiste en una pieza de plástico semirrígida y cóncava donde se desliza el calcetín o la media. Esta pieza está unida a dos cuerdas o cintas largas que la persona utiliza para subir el dispositivo por la pierna. El pie se introduce en la apertura del calcetín y, al tirar de las cuerdas, la ayuda desliza el calcetín hacia arriba, colocándolo en su sitio.
Similares a las rígidas, pero fabricadas con un material flexible como tela de nylon o lona. El calcetín se coloca sobre esta superficie blanda, que se adapta mejor a la forma del pie y del propio calcetín. El mecanismo de tirar con cintas es el mismo. La flexibilidad del material hace que sea más fácil de manipular y almacenar.
Las medias de compresión, a menudo prescritas en tratamientos de fisioterapia para el drenaje linfático o problemas circulatorios, son extremadamente difíciles de poner debido a su alta tensión. Para ellas, existen ayudas específicas, generalmente en forma de estructura metálica (conocidas como "donners"). La media se estira sobre el marco metálico, creando una apertura amplia y estable para introducir el pie y la pierna sin tener que luchar contra la compresión.
Aunque su función principal es ayudar a ponerse los zapatos, muchos calzadores de mango largo incorporan una muesca o un gancho en el extremo opuesto diseñado específicamente para ayudar a quitarse los calcetines. El usuario engancha el borde del calcetín con la muesca y lo empuja hacia abajo sin necesidad de agacharse. Aunque no sirven para ponerlos, son el complemento perfecto a cualquiera de las ayudas anteriores para completar el ciclo de vestirse y desvestirse.
Existen dispositivos más novedosos que intentan combinar en una sola herramienta la función de poner y quitar el calcetín. Suelen tener un diseño multifuncional, a menudo con un aplicador en forma de cuna y un bastón de mango ergonómico que se engancha al aplicador para subir el calcetín y que, a su vez, puede usarse para empujarlo hacia abajo y quitarlo.
En nuestras clínicas eFISIO, siempre recomendamos evaluar las necesidades individuales de cada paciente. La elección de una ayuda u otra dependerá del tipo de media, la fuerza en las manos, la coordinación y la condición física general. El objetivo final es siempre el mismo: mejorar la autonomía, reducir el dolor y el riesgo de caídas, y facilitar un cuidado diario más cómodo y seguro.